12) Sobre el ámbito nocturno decir que Berlín se transforma completamente del día a la noche. Parece como si hubiera razas especiales de personas que solo salieran a la luz de la luna. Pues no se ven por el día. En esta ciudad hay fiesta todas la noches; no importa que sea fin de semana o no. Hay múltiples posibilidades; desde discotecas de varios pisos con música variada a antros infestos de rollo alternativo-underground, que también tienen su encanto. La gente viste a su manera; si es cierto que hay tendencias como en todos sitios, pero posiblemente sea en Berlín donde uno puede encontrarse con las personas mas extravagantes, son aquí una raza endémica. Especialmente cuando uno sale por Kreutzberg el barrio alternativo por antonomasia en Berlín; siendo Camdem su análogo en Londres.
Son típicas aquí, entre turistas, las fiesta Pub Crawl, consiste en juntarse un gran número de personas, de distintas nacionalidades, que no se conocen entre sí y mediante el pago de 12€ tienen derecho a entrar a ciertos pubs, con algunos chupitos gratis yendo todos ellos en grupo. Por supuesto el grupo es heterogéneo completamente, ya que en su mayoría se trata de turistas procedentes de distintas nacionalidades, que la fiesta y el alcohol los une en una simbiosis común.
Yo estuve en una de estas fiestas, concretamente se llama “Anti Pub Crawl”. Es con grupos mas reducidos y te llevan por bares menos conocidos por los turistas, royo mas underground, cosa que me gusta. Recuerdo que llegué tarde al punto de encuentro en el Sunrise bar, pues estaba esperando a un amigo, pero aun así había un guía esperando que nos llevó al segundo bar de la noche, “Last cathedral”, en Rosa Luxemburg Platz, un garito de rollo gótico, muy divertido para bailar un rato, pues se ve gente allí de lo mas curiosa. Luego fuimos a un par de antros, uno con una mesa de ping pong y otro que te ponían películas de los años 50; ¿dónde me he metido? Me pregunté; por fortuna la cosa mejoró en el siguiente bar, se trata de una discoteca de varios pisos, con música variada y un jardín para estar de tranquis hablando; merece la pena echarle un ojo: “Frannz”se llama. En definitiva, fue una buena experiencia, no por el tour de bares a los que nos llevaron, sino mas bien por la gente que conocí y las risas que nos echamos unos completos desconocidos que tenían ganas de pasárselo bien.
Foto: Bar Last cathedral, uno de los del tour de “anti Pubcrawl”