Berlín (Esp) 13-16

13) Sobre la academia Deutsche-Akademie, he de decir que desde el inicio me he sentido a gusto. Tanto por la profesionalidad de sus trabajadores, como por la gente que he conocido ahí y también por su reducido precio. Empecé con el nivel mas bajo, el A1, en mi clase los alumnos se componen de diferentes nacionalidades, y esto es interesante; de este modo la lección se explica con diferentes perspectivas, adaptándose a las necesidades de cada uno. Especialmente en los niveles mas bajos, la clase se hace mixta en alemán e inglés, que es el idioma que sabe la mayor parte de la gente, así cuando no entendemos algo de la lección de alemán, la profesora lo dice en inglés y todos acabamos entendiéndolo. Lo ideal es dar una explicación diferente en alemán, pero con un nivel tan bajo se hace imposible. La verdad que estoy satisfecho con lo que estoy aprendiendo, mi profesora, Samantha es joven como nosotros, tiene 26 años, y casi podría decirse que es uno mas, su paciencia, amabilidad y profesionalidad superan con creces su escasa experiencia en la docencia; siempre está buscando nuevas fórmulas que se adapten mejor a nosotros. También nos pregunta de qué manera preferimos estudiar un asunto, y es lo bueno, que la clase no es lineal, sino que tenemos nuestra participación y la construimos entre todos, según nuestras necesidades; se van alternando juegos de alemán práctico, con ejercicios, para que no resulte monótono. Por ejemplo, un día se sugirió aprender a pedir hamburguesas en un restaurante, así como otras cosas. Así que Samantha se puso manos a la obra y en un momento nos dio las fórmulas para pedir de una manera sencilla y educada cualquier cosa y en cualquier lugar. También nos ha hecho salir de la academia a la calle, a preguntar información a la gente: recuerdo un día que había un mercadillo de frutas en frente de la academia; Samantha nos dio unas hojas con los dibujos de verduras y hortalizas, para que preguntáramos los nombres en alemán a los vendedores; entenderlos fue una auténtica odisea; pero al final lo conseguimos perdiendo el miedo. Si bien es verdad que los primeros días son los más duros, luego te vas haciendo a la rutina de las clases y lenta pero progresivamente se van viendo mejoras; es entonces cuando sabes que vas por el buen camino. Otro día hicimos una especie de gymcana por equipos; Samantha nos dio su móvil por si teníamos problemas; se trataba de ir preguntando a la gente toda serie de preguntas que teníamos en un guión, y finalmente llegar a un centro comercial donde nos esperaba Samantha; dicho y hecho, completamos el juego bastante rápido; ella se quedó sorprendida.
Foto: Una amable y simpática secretaria de la oficina, en Deutsche-Akademie.