Quiero aprovechar esta entrada para introducir a mi clase de alemán. Una mezcla bien internacional que condimenta en sincronía la dinámica del curso. Personas de nacionalidades variadas, muchas de las cuales constituyen el primer representante que conocí en esas respectivas tierras.
Sorprendentemente para mí, mi clase se compone por 3 rusas. Una chica de San Petesburgo y dos amigas de otra ciudad cuyo nombre no puedo recordar, que se localiza „cerca de Moscú“, un gran porcentaje que tiene sentido al re-pensarlo considerando las dimensiones del país y la „cercanía“ a Alemania. Además de ellas, hay un chico de Serbia (primero que conozco!), dos itlianas, una polaca, una francesa, y un chico de Barbados (el primero también!).
He aquí una foto de mis compañeros y nuestro amable profesor, Julian
Como siempre que se mezclan culturas, lenguas y personalidades, el resultado es una sopa de aprendizaje y diversión. Se sienten diferencias drásticas en los comportamientos de cada uno, pero al final es esa diferencia el ingrediente perfecto para un grupo equilibrado. Que si todos fueran habladores y animados como yo (en esto me acompaña el chico de Serbia) la clase sería una locura…