De la mano de la naturaleza

Si algo tiene Alemania característico y fresco (nunca mejor dicho) son las grandes áreas forestales tan unidas a la urbanización. Sienta muy bien poder adentrarte en la naturaleza a tampoco tiempo. Es algo que enriquece la calidad de vida. Berlin, por ejemplo es una ciudad de edificios no muy altos, sumado esto a sus áreas forestales, hacen que la vida en esta ciudad pueda tener momentos en los que poder respirar aire fresco. Con toda su agitación cultural, es una ciudad que no está definidas por la tensión. Eso se refleja en los habitantes, en su comportamiento, forma de pensar, talante y modo de sentir.

Ahora es la mejor época para adentrarte por una de estas extensiones naturales. La gama cromática que puedes encontrar es fascinante. Se detiene el tiempo paseando por la naturaleza. Puedes hacerlo solo, con o sin música, en bicicleta o hacerlo de la mano de una persona especial. Si esto último sucede, la calidad del aire que entra por tus orificios nasales se multiplica. Crees escuchar susurrar las hojas entre si al ver la energía fluir y crujir las ramas de envidia al observar 10 dedos que se unen con firmeza mientras sus troncos rabian por poder sentir la fuerza de un intenso abrazo. Una energía que se respira y transforma en otros elementos no visibles para el ojo, al menos solo para ese sentido…