9) Cuando llegué aquí, no sabía la mentalidad recicladora que impera en Alemania, uno encuentra tiendas de artículos segunda mano por todos sitios. Aquí se reciclan los envases de vidrio, plástico o lata de la siguiente manera: uno compra, por ejemplo una cerveza embotellada, al acabarla, si se lleva a la tienda, ellos te compran la botella vacía (en realidad te devuelven un suplemento que tu pagaste al comprar la botella, “pfand”); así se aseguran que la gente recicle. Este hecho es curioso ya que da pie a que auténticas hordas de bicicleteros equipados con grandes bolsas de plástico, recorran la ciudad en busca de dichos envases, para ganarse un dinero. Es como si el estado pagase a basureros autónomos y la gente lo acepta de buen grado; parece una solución que beneficia a ambas partes.
Antes de saber todo esto, estuve observando un vagabundo que habitualmente se pasa por la puerta del hostal. Yo le había visto cogiendo botellas de la basura, en mi ignorancia pensaba que era para que se bebiera el contenido que en ellas quedara. Un día me pidió, un cigarrillo (ese hombre solo hablaba en alemán, así que nos entendimos por señas), al dárselo mostró en su rostro un verdadero agradecimiento. Me hizo sentir bien el hecho de agradarle con tan poco. Al día siguiente le vi merodeando nuevamente por la puerta del hostal, en busca de botellas, yo estaba en la calle, acabándome una de cerveza y fumando un pitillo; decidí darle la mitad de mi cerveza, y para mi asombro, vació su contenido y se guardo la botella; mi asombro fue manifiesto para él como ahora explicaré. El caso es que no entendí el porque de esa acción, me pareció como una ofensa, pero no le dije nada. Fue entonces cuando me explicaron el hecho del reciclaje de botellas y fue cuando lo entendí. Pues bien, aquel buen hombre se acercó de nuevo al hostal al día siguiente; al verme sacó de su bolsa una botella de champán sin abrir y bien fresquita, que había conseguido para mi; me dijo que la cogiera, no pude aceptar su invitación pero le di la mano en un gesto afectuoso.
Foto: Típica máquina de reciclado en un supermercado.