Cuando ya me queda solo un mes para dejar Berlín, me gustaría dedicar un post a mi querida y añorada isla blanca.
Mi invierno en Berlín ha sido positivo, he conocido a mucha gente, algunos mejores, otros peores, he vivido muchas experiencias y sobre todo me volveré a España con la tranquilidad de más o menos haber conseguido el principal propósito por el que me vine a Alemania: Deutsch lernen!!
A pesar de haber llegado aquí con tal solo danke y bitte, me iré con un vocabulario extenso, elaborando frases simples sin problemas y empezando con las más complejas y teniendo la sensación de que cada vez puedo hacerme entender más y yo entender a los demás.
El balance de mi estancia aquí, por tanto, es positivo, aunque es cierto que Berlín no es una ciudad en la que viviría mucho más tiempo de estos 6 meses que voy a estar yo. Y eso que desde diciembre, cuando hacía frío polar casi a diario, el tiempo no se ha portado del todo mal el resto del invierno.
Pero no sé, a los que procedemos del sur de Europa la verdad es que no se nos quiere demasiado por aquí (hablo en general, y que quede claro que por supuesto también he conocido a alemanes encantadores que SÍ que me han querido), y yo no sé vosotros, pero a mí no me gusta estar donde no se me quiere.
Pero bueno, cuando pienso que en menos de dos meses volveré a estar por Ibiza, por sus playas, con su gente, mis amigos, mis compañeros, mi trabajo, mis fiestas, mi coche, mis botellones en el parking de amnesia, mi solecito… ufff, Ibiza, I miss you!! ¡Nos leemos!