5) Allá donde fueras haz lo que vieras, y eso hice; si quieres ser un berlinés empieza por comprarte una bicicleta o Fahrrad (una de las primeras palabras que aprendí del alemán). Yo creo que esta ha sido mi mejor inversión aquí. Uno puede comprar una bici de segunda mano por muy poco dinero. Desde que la uso no cojo el transporte público, llego pronto a los sitios y me sirve para llevar la compra, la mochila, etc, en la cesta que lleva incorporada. Así que es mi oficina portátil, mi pequeña casa con ruedas, que me acompaña allá donde voy. Aquí la cultura de la bicicleta está muy propagada, multitud de carriles bici y zonas de circulación solo para bicicletas hacen agradable desplazarse en este vehículo. También se agradece la manera que tienen los coches de conducir, siendo siempre respetuosos con los usuarios de bicicletas; así que uno se siente seguro.
Se ven todo tipo de bicicletas, algunas con un remolque para transportar cosas, e incluso niños pequeños, otros con un gran cajón delantero, donde aparte de cosas también se transportan niños. Desde mi punto de vista me parece peligroso, pero aquí está muy extendido, quien sabe, quizá con el tiempo cambie de parecer.
Foto: Bici-Carretilla.
Berlín (Esp) 05-16
Berlín (Esp) 04-16
4) Uno de los problemas que tuve al venir es que desconocía que aquí normalmente es bastante difícil encontrar comercios con los que pagar con tarjeta visa. El problema es que cada vez que sacas dinero de un banco te cobran un 3% por transferencia, y eso es algo que no hace mucha gracia. Por ejemplo en supermercados, el Kairsers si que admite Visa, así que suelo acudir a comprar a él. Pero en la mayoría de sitios no la aceptan y al preguntar con un tímido “Why?”, obtuve una respuesta que se me quedo grabada “This is Berlin”. Y así es, esto es Berlín, aquí hay cosas que funcionan de otra manera, aquí hay cosas que no has visto antes, pero por lo general la ciudad funciona. Así que siempre es conveniente fijarse en la puerta del establecimiento al que vayamos para ver si admiten compra con tarjeta, y si es así ver que tipo de tarjetas admiten.
Foto: Crazy Berlin…
Berlín (Esp) 03-16
3) La ventaja de estar viviendo en un hostal es que estás rodeado de gente joven de todas las nacionalidades. No saber hablar alemán no es un problema, todo el mundo se entiende con el inglés; e incluso sin saber inglés, bebiendo unas cervezas se entiende todo el mundo. Lo peor de residir en un hostal es que, si piensas permanecer en Berlín mucho tiempo, inevitablemente verás que la gente con la que empezabas a llevarte bien, se tiene que ir en pocos días, normalmente 2 o 3; tu habitación se vuelve a quedar vacía hasta que llegan otros nuevos y vuelta a empezar. Otro punto negativo de residir en un hostal es que no encuentras allí a berlineses.
Así que durante esta primera semana fui conociendo gente e informándome sobre que lugares visitar de Berlín; no me refiero a esos lugares de visita obligada que aparecen en las guías de viajes, sino a aquellos que son mas llamativos o mas útiles. En muy poco tiempo ya sabía donde comprar productos mas baratos, dado que mi precaria economía lo agradecía.
Foto: El tipo de Saturn que maneja el cotarro xD.
Berlín (Esp) 02-16
2) A la mañana siguiente cogí el S-Bahn directo a Tier-Garten donde di una vuelta y acabé en la academia de alemán Deutsche-Akademie, me llamó la atención el reducido precio de sus cursos y me decidí a apuntarme. La verdad que en recepción me trataron con gran simpatía; hablan inglés y español, así que no tuve problemas para entenderme con ellas; incluso me dieron algunos consejos para ir tirando en Berlín. Ni siquiera hice la prueba de nivel pues mi nivel de alemán era nulo, y así lo comuniqué en recepción. Así que me dieron fecha de comienzo del curso para la semana siguiente; mientras tanto tendría tiempo de ir conociendo la ciudad…
Foto: Bienvenida, a la alemana.
Berlín (Esp) 10-16
10) Algo que me gusta de las grandes ciudades es su cualidad cosmopolita, el hecho de convivir con personas procedentes de todos los lugares. Eso te hace tener una mentalidad mas abierta, ser mas tolerante y aprender nuevas culturas o formas de vida. Recuerdo que uno de mis primeros días, cuando aun no me conocía buena parte de la ciudad, empecé a andar sin rumbo, con objeto de ir conociendo sitios, llevaba conmigo un plano, que iba mirando de cuando en cuando, para ver por donde me iba metiendo. Acabé en un parque, en un día soleado, serían la 1 o las 2 de la tarde; allí me senté en un banco y me puse a mirar el plano para ver donde me encontraba y a donde dirigirme después. Fue entonces cuando se me acercó un africano; me quería vender marihuana, yo le dije que no estaba interesado y se marchó. Me llamó la atención la cantidad de gente que la ofrecían a plena luz del día, casi parecía aquello un ritual. Al rato se sienta otro en un banco contiguo al mío y me pregunta de nuevo; ante mi negativa se queda callado en el lugar; Así que aprovecho para preguntarle cosas sobre Berlín y el me cuenta un poco su vida. Al rato viene otro mas, que se hace llamar Billy Holiday, parece que es como el jefe del lugar. Se extraña de verme ahí hablando con su compañero como si fuera uno mas, pero aun se extraña mas de que me presente ante él dándole la mano. Supongo que se imaginaría que alguien como yo tendría miedo de gentes así. Total que terminé hablando también con Billy Holiday y le caí bien. Así que me presentó a un montón de compañeros suyos; había brasileños, jamaicanos, africanos, portugueses, alemanes, franceses, cubanos; gente de todos los lugares. Acabé entablando conversación, esta vez en español con un cubano que lleva viviendo aquí 6 años, no tiene trabajo pero se lo monta bien. Me estuvo hablando de muchas cosas, pero en general, la conclusión que uno saca hablando con estas personas, es la gran tolerancia que tienen y el gran respeto que tienen a las personas desfavorecidas, sin importarles su procedencia. Llama la atención también su gran dominio de idiomas (algunos hablaban hasta 6 idiomas correctamente) y su cultura adquirida en la calle. Sabían mas de geografía y de ciertos aspectos de historia que yo. Llama la atención su caótica visión del mundo y negación de la realidad, puesta de manifiesto al hablar sobre rituales esotéricos y conspiraciones gubernamentales relatadas por fuentes de dudosa credibilidad, pero que para ellos es ley y verdad. Y pese a sus creencias, ellos no tratan de imponértelas, solo las cuentan. Recuerdo que me llevaron junto a un muro con un grafiti en el cual aparecían escritas diversas religiones, todas unidas por corazones y agrupadas en un corazón que las abarcaba a todas, simbolizando la humanidad como conjunto de creencias individuales pero hermanas entre sí. Fue entonces cuando comprendí que aquellas personas ciertamente estaban limitadas para hacer ciertas cosas, debido a su falta de estudios; aun con todo tienen mucho que enseñarnos. Acaso podrían ser profesores de una nueva asignatura llamada humanidad; característica que lamentablemente escasea hoy en día.
Berlín (Esp) 01-16
1) Mi llegada a Berlín fue un tanto caótica. El propósito del viaje es aprender alemán, ya que es un idioma altamente demandado en las empresas de hoy en día, junto al inglés. Recuerdo haber comprado con antelación el billete de avión, Madrid-Berlín, por 27€; después de eso me despreocupé del tema hasta que llegó la fecha del viaje. El día que llegué a Berlín (28 Agosto), no tenía reservada ni la academia de idiomas, ni un lugar donde pasar la noche. Por suerte conocí a un par de españoles en el avión y me ayudaron a coger el último metro que pasaba por el aeropuerto (serían como las 24:30), y con él llegué a un hostal que había consultado por Internet; Generator. Así que allí me instalé, en un dormitorio con 8 personas mas.
Foto: Mi billete de avión.