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Berlín (Esp) 11-16

11) Ahora hablaré brevemente sobre algunos comercios. Como ya he comentado anteriormente el tema del reciclaje y la reutilización de productos está a la orden del día en Berlín. Y siendo que no es raro encontrarse tiendas de artículos de segunda mano por doquier, tampoco debería ser raro encontrarse con tiendas enormes de ropa de segunda mano. Y así fue como descubrí un día la tienda de Humana (si bien es verdad que es una cadena grande de tiendas que también cuenta con comercios en España, pero no la había visto antes). Hay bastantes tiendas de esta cadena en Berlín, aunque las mas grandes son las de Alexander Platz y, sobretodo, la de Frankfurter Tor. En esta última estuve yo; se trata de una tienda de cuatro plantas en las que se encuentra ropa para niños, de mujer, de caballero, calzado y también una planta entera dedicada a vestuario de los 60s, 70s y 80s. Todo ello a unos precios realmente asequibles, hacen de esta una de las tiendas de ropa mas baratas de todo Berlín, exceptuando algunos mercadillos callejeros.
Me llamó la atención la importancia que tienen aquí las farmacias (Apotheke), en las cuales se venden medicamentos con o sin prescripción médica, según el caso; dejo este apunte, porque no es raro encontrarse en otros comercios, como supermercados, medicamentos sin prescripción médica, tales como aspirinas, ibuprofeno, vitaminas, …; Las farmacias suelen ser comercios grandes, muy numerosos y anunciados desde varias calles de distancia, para llegara a su ubicación. Es como si los alemanes enfermaran a menudo por comer tantos productos enlatados, y necesitaran medicarse.
Bromas a parte; llega el turno de los casinos; mas numerosos que los bancos o las panaderías, se encuentran por todas partes, aun no me ha dado por entrar a ninguno, pero algún día la curiosidad podrá conmigo; por cierto, se necesita ser mayor de 21 años para jugar.
Son muy populares aquí sobre todo en el barrio turco, allá por Kostbuster St., los comercios de comida rápida, especialmente los de kebabs. Y es allí donde uno puede encontrar los kebabs mas baratos de todo berlín, no por ello son malos, en absoluto. En la foto adjunta aparece uno que me comí el otro día; su precio: 1,50€. Aunque si lo que queremos es comer el mejor kebab de Berlín, debemos preguntar por el “Mustafa”, en Meringdam; se trata de un pequeño establecimiento que suele tener unas filas de espera de media o incluso una hora.
Los McDonalds, Burguer Kings y demás restaurantes también extendieron sus garras por aquí, suelen estar llenos de turistas; su precio es elevado, comparado con otros restaurantes autóctonos; pero su producto es conocido y no tienen inconvenientes de hablarte en inglés por señas o como sea, mientras se tenga dinero no pasas hambre. A una mala dices number five y ya tienes tu menú preparándose en el acto.
Los restaurantes, en general tienen un precio bastante económico, me llamó particularmente la atención uno que se anuncia en Karl-Max Allee en el que te sirven un chuletón de 1KG con bebida y postre por unos 11€. Algún día tengo que ir a este sitio.
Recientemente descubrí que se hacen también mercadillos de intercambio de bienes o servicios sin empleo de dinero. Como en los primeros primeros tiempos cuando aun no existía la moneda de cambio. Se llaman Tauschring y cada barrio cuenta con uno de ellos. El funcionamiento es sencillo, tu llevas cosas que no te interesan y las intercambias a otras personas, así todos salen ganando. Su eslogan es: “Lo que yo no puedo, tú puedes. Lo que tu no puedes yo puedo. Juntos podemos intercambiar sin dinero los servicios”
Foto: Kebab de 1,5€ en Kottbusser straße (Kreutzberg)

Berlín (Esp) 09-16

9) Cuando llegué aquí, no sabía la mentalidad recicladora que impera en Alemania, uno encuentra tiendas de artículos segunda mano por todos sitios. Aquí se reciclan los envases de vidrio, plástico o lata de la siguiente manera: uno compra, por ejemplo una cerveza embotellada, al acabarla, si se lleva a la tienda, ellos te compran la botella vacía (en realidad te devuelven un suplemento que tu pagaste al comprar la botella, “pfand”); así se aseguran que la gente recicle. Este hecho es curioso ya que da pie a que auténticas hordas de bicicleteros equipados con grandes bolsas de plástico, recorran la ciudad en busca de dichos envases, para ganarse un dinero. Es como si el estado pagase a basureros autónomos y la gente lo acepta de buen grado; parece una solución que beneficia a ambas partes.
Antes de saber todo esto, estuve observando un vagabundo que habitualmente se pasa por la puerta del hostal. Yo le había visto cogiendo botellas de la basura, en mi ignorancia pensaba que era para que se bebiera el contenido que en ellas quedara. Un día me pidió, un cigarrillo (ese hombre solo hablaba en alemán, así que nos entendimos por señas), al dárselo mostró en su rostro un verdadero agradecimiento. Me hizo sentir bien el hecho de agradarle con tan poco. Al día siguiente le vi merodeando nuevamente por la puerta del hostal, en busca de botellas, yo estaba en la calle, acabándome una de cerveza y fumando un pitillo; decidí darle la mitad de mi cerveza, y para mi asombro, vació su contenido y se guardo la botella; mi asombro fue manifiesto para él como ahora explicaré. El caso es que no entendí el porque de esa acción, me pareció como una ofensa, pero no le dije nada. Fue entonces cuando me explicaron el hecho del reciclaje de botellas y fue cuando lo entendí. Pues bien, aquel buen hombre se acercó de nuevo al hostal al día siguiente; al verme sacó de su bolsa una botella de champán sin abrir y bien fresquita, que había conseguido para mi; me dijo que la cogiera, no pude aceptar su invitación pero le di la mano en un gesto afectuoso.
Foto: Típica máquina de reciclado en un supermercado.

Berlín (Esp) 08-16

) Berlín es una gran ciudad, y como todas las grandes ciudades tiene ofertas de todo tipo; se pueden encontrar bienes y servicios a un precio elevado o reducido. Pero en líneas generales es una ciudad barata.
Por ejemplo el tema de la vivienda es seguramente el mas económico comparado con España; la gente aquí suele vivir de alquiler, cambiando habitualmente de piso, por lo tanto hay mucha oferta y demanda de pisos, además hay una gran cantidad de pisos desocupados en Berlín, esto hace posible encontrar pisos compartidos por 200€ al mes o incluso menos.
Sobre el transporte he de decir que es realmente bueno; todo está muy bien conectado y se llega a los sitios rápidamente, todo es claro y no hay ambigüedad posible cuando uno coge el metro o el tren, todo está correctamente señalizado y los recorridos trazados son los óptimos para llegar a tiempo a cualquier sitio. Definitivamente siendo usuario de bicicleta es la forma de ahorrar en transporte aquí en Berlín.
Sobre la comida, diré que me quedo con la española, y con también con el modelo de supermercado español. Aquí predominan las secciones de comida envasada, latas botes, etc; que para un apuro van bien pero no para uso continuo. También predominan secciones de dulces, chucherías, yogures de sabores etc. El caso es que el precio de las verduras aquí, es por lo general mas elevado; muchas las importan de España; aunque también es verdad que existe la oportunidad de comprar verduras, frutas y hortalizas en numerosos mercados callejeros a un precio inferior y con una calidad realmente buena.
Sobre el tabaco, recomendaría dejar de fumar, o traerse una provisión de tabaco considerable de España, ya que aquí su precio es muy elevado, ya que tiene un montón de impuestos. Casi la única posibilidad para los fumadores es fumar cigarrillos de liar; muy populares sobre todo entre la gente joven.
El tema de la cerveza es una cuestión aparte; nunca entenderé porqué aquí el agua mineral es tan cara, porqué cuando pides agua mineral te la sirven con gas si no especificas lo contrario. ¿Porqué es mas cara el agua que la cerveza?, misterio sin resolver; es inútil hacerse preguntas o conjeturas, this is Berlin.
Foto: El famoso Kebab Mustafa en Mehringdamm. Fila de espera de hasta 45 minutos…

Berlín (Esp) 07-16

7) Ahora hablaré sobre los parques. Berlín es una ciudad con muchas zonas verdes y parques. Además es una ciudad muy extensa, con lo que su densidad de población es mas bien baja, eso hace que no sea tan agobiante como otras grandes ciudades y la hace mas pacífica. En los parque es normal ver gente semi desnuda a nada que sale un rayo de sol; los alemanes lo valoran mucho. También se suelen ver muchos picknics, gente leyendo o grupos de gente haciendo barbacoas; aquí es legal eso. Por lo tanto el ambiente en los parque es realmente festivo. También es legal, o almenos todo el mundo lo hace, el hecho de beber alcohol en la calle; me da la sensación que en general aquí hay un elevado nivel de civismo y como consecuencia hay algunas libertades aumentadas, cosas que siempre es bueno saber. Eso sí en el caso de la conducción de vehículos, si es verdad que son muy estrictos; mejor que no te pillen superando el límite de velocidad o yendo ebrio, pues aquí eso está duramente penado.
Foto: Görlitzer park (Kreutzberg)

Berlín (Esp) 06-16

6) Lo siguiente después de comprarme la bici, fue informarme de dónde estaba una Bauhaus o ferretería, para ir reparándola de posibles pinchazos etc. Por suerte estaba justo al lado de la academia de idiomas y además admitían visa. Nada mejor para un mochilero que repararse sus propias averías, evitando llevar la bici a un “Fahrrad reparien”, ahorrándome una cantidad considerable. Como suele pasar, cuando te ocurre una desgracia, la siguiente está próxima: Al segundo día de comprar la bici, se pinchó la rueda de atrás; la reparé y pude seguir. Al tercer día, se volvió a pinchar la rueda trasera por otro lugar diferente, sin signos de cristales o clavos, así que opté por comprar una cámara de aire nueva, que de momento no me ha dado problemas. Al cuarto día un pedal se salió de su sitio y me lo arreglaron gratis en una tienda de bicis. Después de eso ya no tuve problemas, compré un poco de aceite lubricante y ahora la bici va como nueva.
Foto: Reparación de bicicletas.

Berlín (Esp) 05-16

5) Allá donde fueras haz lo que vieras, y eso hice; si quieres ser un berlinés empieza por comprarte una bicicleta o Fahrrad (una de las primeras palabras que aprendí del alemán). Yo creo que esta ha sido mi mejor inversión aquí. Uno puede comprar una bici de segunda mano por muy poco dinero. Desde que la uso no cojo el transporte público, llego pronto a los sitios y me sirve para llevar la compra, la mochila, etc, en la cesta que lleva incorporada. Así que es mi oficina portátil, mi pequeña casa con ruedas, que me acompaña allá donde voy. Aquí la cultura de la bicicleta está muy propagada, multitud de carriles bici y zonas de circulación solo para bicicletas hacen agradable desplazarse en este vehículo. También se agradece la manera que tienen los coches de conducir, siendo siempre respetuosos con los usuarios de bicicletas; así que uno se siente seguro.
Se ven todo tipo de bicicletas, algunas con un remolque para transportar cosas, e incluso niños pequeños, otros con un gran cajón delantero, donde aparte de cosas también se transportan niños. Desde mi punto de vista me parece peligroso, pero aquí está muy extendido, quien sabe, quizá con el tiempo cambie de parecer.
Foto: Bici-Carretilla.

Berlín (Esp) 04-16

4) Uno de los problemas que tuve al venir es que desconocía que aquí normalmente es bastante difícil encontrar comercios con los que pagar con tarjeta visa. El problema es que cada vez que sacas dinero de un banco te cobran un 3% por transferencia, y eso es algo que no hace mucha gracia. Por ejemplo en supermercados, el Kairsers si que admite Visa, así que suelo acudir a comprar a él. Pero en la mayoría de sitios no la aceptan y al preguntar con un tímido “Why?”, obtuve una respuesta que se me quedo grabada “This is Berlin”. Y así es, esto es Berlín, aquí hay cosas que funcionan de otra manera, aquí hay cosas que no has visto antes, pero por lo general la ciudad funciona. Así que siempre es conveniente fijarse en la puerta del establecimiento al que vayamos para ver si admiten compra con tarjeta, y si es así ver que tipo de tarjetas admiten.
Foto: Crazy Berlin…

Berlín (Esp) 03-16

3) La ventaja de estar viviendo en un hostal es que estás rodeado de gente joven de todas las nacionalidades. No saber hablar alemán no es un problema, todo el mundo se entiende con el inglés; e incluso sin saber inglés, bebiendo unas cervezas se entiende todo el mundo. Lo peor de residir en un hostal es que, si piensas permanecer en Berlín mucho tiempo, inevitablemente verás que la gente con la que empezabas a llevarte bien, se tiene que ir en pocos días, normalmente 2 o 3; tu habitación se vuelve a quedar vacía hasta que llegan otros nuevos y vuelta a empezar. Otro punto negativo de residir en un hostal es que no encuentras allí a berlineses.
Así que durante esta primera semana fui conociendo gente e informándome sobre que lugares visitar de Berlín; no me refiero a esos lugares de visita obligada que aparecen en las guías de viajes, sino a aquellos que son mas llamativos o mas útiles. En muy poco tiempo ya sabía donde comprar productos mas baratos, dado que mi precaria economía lo agradecía.
Foto: El tipo de Saturn que maneja el cotarro xD.

Berlín (Esp) 02-16

2) A la mañana siguiente cogí el S-Bahn directo a Tier-Garten donde di una vuelta y acabé en la academia de alemán Deutsche-Akademie, me llamó la atención el reducido precio de sus cursos y me decidí a apuntarme. La verdad que en recepción me trataron con gran simpatía; hablan inglés y español, así que no tuve problemas para entenderme con ellas; incluso me dieron algunos consejos para ir tirando en Berlín. Ni siquiera hice la prueba de nivel pues mi nivel de alemán era nulo, y así lo comuniqué en recepción. Así que me dieron fecha de comienzo del curso para la semana siguiente; mientras tanto tendría tiempo de ir conociendo la ciudad…
Foto: Bienvenida, a la alemana.

Berlín (Esp) 10-16

10) Algo que me gusta de las grandes ciudades es su cualidad cosmopolita, el hecho de convivir con personas procedentes de todos los lugares. Eso te hace tener una mentalidad mas abierta, ser mas tolerante y aprender nuevas culturas o formas de vida. Recuerdo que uno de mis primeros días, cuando aun no me conocía buena parte de la ciudad, empecé a andar sin rumbo, con objeto de ir conociendo sitios, llevaba conmigo un plano, que iba mirando de cuando en cuando, para ver por donde me iba metiendo. Acabé en un parque, en un día soleado, serían la 1 o las 2 de la tarde; allí me senté en un banco y me puse a mirar el plano para ver donde me encontraba y a donde dirigirme después. Fue entonces cuando se me acercó un africano; me quería vender marihuana, yo le dije que no estaba interesado y se marchó. Me llamó la atención la cantidad de gente que la ofrecían a plena luz del día, casi parecía aquello un ritual. Al rato se sienta otro en un banco contiguo al mío y me pregunta de nuevo; ante mi negativa se queda callado en el lugar; Así que aprovecho para preguntarle cosas sobre Berlín y el me cuenta un poco su vida. Al rato viene otro mas, que se hace llamar Billy Holiday, parece que es como el jefe del lugar. Se extraña de verme ahí hablando con su compañero como si fuera uno mas, pero aun se extraña mas de que me presente ante él dándole la mano. Supongo que se imaginaría que alguien como yo tendría miedo de gentes así. Total que terminé hablando también con Billy Holiday y le caí bien. Así que me presentó a un montón de compañeros suyos; había brasileños, jamaicanos, africanos, portugueses, alemanes, franceses, cubanos; gente de todos los lugares. Acabé entablando conversación, esta vez en español con un cubano que lleva viviendo aquí 6 años, no tiene trabajo pero se lo monta bien. Me estuvo hablando de muchas cosas, pero en general, la conclusión que uno saca hablando con estas personas, es la gran tolerancia que tienen y el gran respeto que tienen a las personas desfavorecidas, sin importarles su procedencia. Llama la atención también su gran dominio de idiomas (algunos hablaban hasta 6 idiomas correctamente) y su cultura adquirida en la calle. Sabían mas de geografía y de ciertos aspectos de historia que yo. Llama la atención su caótica visión del mundo y negación de la realidad, puesta de manifiesto al hablar sobre rituales esotéricos y conspiraciones gubernamentales relatadas por fuentes de dudosa credibilidad, pero que para ellos es ley y verdad. Y pese a sus creencias, ellos no tratan de imponértelas, solo las cuentan. Recuerdo que me llevaron junto a un muro con un grafiti en el cual aparecían escritas diversas religiones, todas unidas por corazones y agrupadas en un corazón que las abarcaba a todas, simbolizando la humanidad como conjunto de creencias individuales pero hermanas entre sí. Fue entonces cuando comprendí que aquellas personas ciertamente estaban limitadas para hacer ciertas cosas, debido a su falta de estudios; aun con todo tienen mucho que enseñarnos. Acaso podrían ser profesores de una nueva asignatura llamada humanidad; característica que lamentablemente escasea hoy en día.